Ellos acudieron al lugar en respuesta a una llamada relacionada con la potencia de agua proveniente del interior de un edificio, asunto que nada tiene que ver con la pitón, por supuesto.
Al inquilino no se pudo ubicar y la policía se llevó a la serpiente, al parecer muy satisfecha de su refugio.
Ellas, en lugar de lanzar consignas y vociferar se acercan a los policías, les hacen alguna pregunta fingiendo estar despistadas y, de buenas a primeras, zas… les estampan un beso en la boca.
A los policías, al parecer, no les causa desagrado este tipo de protestas, aunque algunas mujeres policías prefieren evitar las manifestaciones de las feministas… para no quedar en ridículo.
Resulta que un grupo de ladrones robó 130 cajas de seguridad en la capital, en lo que se ha descrito como el robo más espectacular de los últimos tiempos en Argentina, aunque no se ha dicho el monto de lo desvalijado.
Según la información, los delincuentes accedieron a la bóveda mediante un túnel de 30 metros de longitud, cavado desde un local vecino, el cual habían alquilado meses antes.
El corredor estaba incluso alfombrado y contaba con sistemas eléctricos y de ventilación.
Este político, el de Kenia, le ofreció a la pareja de Hillary y Bill, nada más y nada menos que 20 vacas y 40 cabras a cambio de poder desposarse con Chelsea, la hija del afamado matrimonio.
El señor Chepkurgor ya está casado. Sin embargo en Kenia esto no es una limitación, ya que la poligamia está permitida. Es decir que, técnicamente, Chelsea podría ser la nueva esposa de Chepkurgor, en caso de que Bill e Hillary estén necesitando una considerable cantidad de ganado como el ofrecido por el ilusionado proponente. Nadie me ha podido informar lo que dijo la hija de Clinton. Sería interesante saber lo que ella piensa de la fabulosa propuesta…
Me parece muy loable esta intención del gastronómico que regala preservativos, cuya venta es común ya hasta en las cafeterías de séptima categoría, no importa si están ubicadas en la Ciudad Luz o en los Remates de Guane.
Mientras viajaba en un taxi, el policía nigeriano Tony Akinwumi, de 58 años, pudo reconocer un garabato que su pequeña hija había dibujado en el asiento trasero de su coche antes de que se lo robaran, y haciendo uso de sus facultades como agente del orden, pues le echó el guante al taxista.
Seguimos con la versión de Tony: “Me di cuenta de que era mi auto. Es el único que he tenido. En 1989 un grupo de maleantes me atacó y se llevó mi dinero y mi vehículo. Ni siquiera se molestaron en cambiarle la apariencia”.
Akinwumi también precisó que su auto Mazda lo adquirió en 1986 y se lo robaron en agosto de 1989. Su hija, que tenía tres años en aquel entonces, escribió: “Ese o, baba” (Alabado sea el señor) que era la canción favorita de la niña y que la escribió donde le fue posible.
