jueves, diciembre 07, 2006

¡Hay cosas en la vida!

Esto que relato, si es mentira, no es mía. Para que lo sepan. Y la noticia viene de la República Checa. Dice así: Un interno de la prisión de Ptzen se despertó de madrugada y comenzó a llamar a los guardias a puros gritos. ¿El problema? Muy rápido se los cuento: el hombre, de 37 años de edad, presentaba una pertinaz erección.

Cuando los guardias –algunos envidiosos– se dieron cuenta de que no era una broma y de que aquello era una erección muy seria y respetabilísima, cargaron con él para la enfermería. Los facultativos diagnosticaron con rapidez: padecía de priapismo, rara enfermedad que provoca turgencia permanente del pene sin excitación sexual. Esta, según dice la ciencia, debe prolongarse por más de cuatro horas sin ningún estímulo.

Después de una intervención quirúrgica (que consiste en liberar la sangre que queda atrapada en el pene) el hombre fue llevado a su casa. "Allí, bajo el cuidado de su esposa, tiene más chances de recuperarse que en la cárcel", dictaminaron los médicos y las autoridades accedieron a que termine de cumplir su condena en prisión domiciliaria. También se ha informado que la mujer del enfermo ha dicho que a partir de ahora tienen que matarla para sacarle el marido de su casa... y que hay enfermedades que son una bendición.

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