Bueno, no se trata de alguien que cante alto, que sople o hable acerca de cosas secretas. El "tío" de este cuento es, sencillamente, un sediento insaciable que, cuando quiere beber... pues, vamos, hombre, bebe cualquier cosa.
Nos cuentan por Internet que un individuo de 30 años paró en una gasolinera de Halle, Alemania, y ante el asombro de los empleados, decidió apagar su sed con cualquier cosa. Así, solicitó un "buen trago" de gasolina.
Este curda de campeonato optó por "una sin plomo" y sin andar mirando para los lados se zampó 0,14 litros del combustible y, claro, salió de allí echando candela, con la garganta al rojo vivo y directo para el hospital.
A aquellos aficionados a las ya conocidas "Warfarina", "Chispa'etren" o "Espérame en el suelo, vida mía" les recomiendo no seguir el camino de este alemán. Puede ser peligroso coger una nota con gasolina.
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