Una pareja británica descubrió, por medio de un documental de la televisión, que su recién adquirida residencia había sido el escenario de un horroroso crimen, cometido 15 años atrás.
Así las cosas, Alan y Susana Sykes realizaron, días después, una demanda judicial explicando que "jamás habríamos comprado una casa de 155 mil dólares en Wakefield, si hubiéramos sabido que 15 años atrás un doctor mató y descuartizó a su hija adoptiva, de 13 años, en la propia residencia".
De inmediato pusieron en venta la casa y demandaron a los vendedores James y Ulises Taylor-Ross, pero la demanda no prosperó a pesar de que debieron advertir a los nuevos supuestos compradores de los hechos allí ocurridos... Realmente, en su momento, ni Alan ni Susana habían preguntado nada. Entonces, los dueños anteriores se hicieron los suecos.
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