Un alemán de 47 años, condenado a pagar una multa de 30 euros para evitar pasar diez días en prisión, optó por ir tras las rejas para así evitar las iras de su mujer, según informó la policía de un poblado al norte de Alemania.
El al parecer sufrido marido se presentó ante las autoridades que lo buscaban desde hacía varios días, y declaró que como había tenido nuevamente discusiones con su esposa prefirió ir a la cárcel antes de permanecer en la "prisión de su matrimonio".
Aunque el cable no lo dice, esa señora debe ser de armas tomar, pues el hombrín se negó a pagar los 30 euros y los agentes policiales lo trasladaron a la prisión local por diez días, durante los cuales, según él, "estaré a salvo de esa fiera humana con la que cometí el error de casarme".
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