Hay competencias que dan miedo... y otras que le ponen la nariz al rojo vivo al más pinto de la paloma. De inmediato les aclaro el porqué.
Durante una larga jornada de navegación por Internet, detectamos esta nota: Un niño de diez años ganó 500 dólares en efectivo y otro premio por haberse convertido en el participante con peor olor en los pies del Concurso Nacional Anual de Zapatillas con Olor a Podrido.
Esto ocurrió en Estados Unidos, donde hay concursos de todo tipo. Y parece bien claro para todos que Noah Nielsen nunca pensó, con sus tiernos diez años de edad, que la podredumbre de sus pies iba a conquistar otra cosa que no fueran los gritos de sus padres. Sin embargo -todo según el texto- con terribles y temibles antecedentes de hediondez, se presentó al citado concurso, organizado por la firma ODOR EATERS de talcos y desodorantes pédicos.
El niño venció utilizando un secreto personal: jamás usa medias. "Conseguí, además, empeorar el olor moviendo mis pulgares para adelante y para atrás: así mis pies transpiraban más. Se cuenta que el impresentable calzado que entregó al concurso era un par de Adidas con tres años de uso, reparadas con cinta adhesiva y que el joven utilizaba para jugar al baloncesto y al fútbol. Dicen que era tal la hediondez que muy cerca de la zapatilla pasó un galgo extraviado, intentó olerla y todavía le están aplicando respiración artificial.
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