Un holandés de 26 años fue sorprendido por un transeúnte cuando forzaba la puerta de un auto aparcado en la ciudad de La Haya, tras lo cual se dio a la fuga en una bicicleta. Sin embargo, la policía logró capturarlo unas calles más allá, gracias a su debilidad por los caramelos, pues en sus bolsillos encontraron cristales rotos y... un paquete de las mentadas golosinas, varias de las cuales fueron halladas asimismo en los vehículos forzados donde el hombre las había dejado caer inocentemente. Ahora chupará caramelos ¡en prisión!
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