martes, junio 26, 2007
Duérmete, niño
En Alemania, un adolescente de 17 años desconectó el respirador artificial de su vecino en la unidad de cuidados intensivos de un hospital porque consideró que el ruido que producía el otro paciente era tan molesto que no lo dejaba dormir. Hermann Berghof, de 76 años, estuvo muy cerquita de abandonar su cama cubierto por una sábana, y no por causa natural, luego de que Frederik Moelner, decidió mitigar su insomnio desconectando la máquina que mantenía con vida al anciano. Afortunadamente el personal médico notó la intención y actuó con prontitud, devolviéndole un «respiro» de alivio al sofocado Hermann. Pero el tropelaje que ocasionó, supuso un malestar auditivo todavía mayor para el joven Moelner, del que no se sabe si irá a dormir ahora a la cárcel. ¡Por favor, inyéctenle un diazepán para que descanse!
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