Una sola nota duró el concierto más corto de la historia de la música, realizado por una banda de rock canadiense que quiso tocar en cada provincia del país norteño. Más urgente que la canción de Silvio Rodríguez para Nicaragua, fue la fugaz actuación del grupo White Stripes, que por fortuna dio a conocer con anterioridad los detalles de su fugaz presentación para evitar cualquier «insatisfacción» del público asistente a causa de su breve repertorio.
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