Una rana, nombrada Annibale, nacida en un acuario británico, fue
liberada y dio un recorrido de medio kilómetro, pero, al parecer, el
medioambiente no le ofreció garantías y decidió regresar al hogar,
dulce hogar.
El pequeño batracio, que cabe en la palma de una mano, se
vio precisado a atravesar parques, calles y lugares que representan un
alto riesgo, pues cualquier camión pudo haberlo planchado a lo largo
del pavimento sin muchas complicaciones.
La rana de marras, cuando llegó al perímetro del acuario,
esperó pacientemente a que los empleados abrieran las puertas para
entrar sin ser vista y, después de subir dos escalones, regresó a las
aguas del establecimiento, ubicado en los lagos londinenses. Bicha la
ranita.
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