lunes, mayo 28, 2007
Adiós, vecino
Y volvemos a hablar de animales, pero en Escocia. Allí las leyes que los protegen prohíben, entre otras cosas, retirar nidos de pájaros de los techos, aunque perjudiquen a los residentes. Pues bien, como la cosa no es buscarse líos, algunos se las han ingeniado para deshacerse de los pajaritos: junto al nido, aunque sin tocarlo, colocan algunos trozos de excremento de leones y tigres, del zoológico de Stirling. El remedio es instantáneo: ante semejante convivencia, que desprende un olor demasiado penetrante y desagradable, no hay gorrión que aguante, y ¡zaz!, se muda cuanto antes. ¿Funcionará con humanos?
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