Una israelí quiso hacerle un regalo sorpresa a su madre. Aprovechando su ausencia y sin consultarla, cambió su viejo colchón por uno nuevo. Cuando la madre llegó y vio el nuevo colchón puso el grito en el cielo pues en el viejo estaban los ahorros de su vida: un millón de dólares en billetes.
La madre salió corriendo hacia vertedero de basura de Khyria, localidad cercana a Tel Aviv, pero ya era demasiado tarde. El colchón y el millón de dólares habían sido despachados hacia un vertedero gigante de 3.000 toneladas, dónde desaparecieron para siempre a pesar de varios días de infructuosa búsqueda.
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