Hay enamorados persistentes, como es el caso de Ramoncito Miranda, charro mexicano que trabaja en una popular emisora radial y quien está locamente enamorado de López, a la cual le organiza serenatas y al pie del balcón le canta a la damisela encantadora sus canciones.
Cada vez que lo hace ella le lanza un cubo de agua y él, sin inmutarse, prosigue con su cantaleta. No hay duda de que este Ramoncito es un enamorado persistente y si no ha cogido una pulmonía con tanta agua es, seguramente, porque tiene una salud de hierro.
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