lunes, octubre 30, 2006

Me muero de la emoción

Está dicho y recontradicho: a los vejetes no se les debe provocar emociones fuertes. Y por no cumplir con tal consejo un señor llamado Robert Talley, ciudadano británico que cumplió cien años, le dio la patada a la lata justo después de leer un telegrama en el cual la reina Isabel de Inglaterra le felicitaba.

Al parecer Talley, quien se encontraba gravemente enfermo, había expresado su determinación de recibir la carta con la cual la monarca saluda a los ingleses centenarios. Talley murmuró: "¡Lo conseguí!" De inmediato, subió al cielo por Vía Azul, tras abonar su correspondiente pasaje en libras esterlinas.

No hay comentarios: