Una mujer británica, de 31 años, participó de una experiencia que la dejó con la boca abierta (no es algo literal): se acostó con un robot. Se trata de Karley Sciortino, quien compartió 20 minutos con Gabriel, un muñeco “de silicona 100 por ciento”. Entre algunos dichos de la partener humana podemos encontrar “Por momentos era indistinguible de uno real”.
Totalmente satisfecha con su experiencia, la joven describió los atributos de su compañero de la siguiente manera “Está hecho para ser duro en el interior con una capa externa suave. Es casi escalofriante”.
“Con un muñeco puedes aprender a hacer que la intimidad funcione
para ti: probar velocidades y ángulos. Puede ayudarte a entender tu
cuerpo y eso es algo que da poder a una mujer”, continuó Sciortino, quien pide desesperada volver a participar de este tipo de experimentos.
“Definitivamente no es lo mismo que tener intimidad con una
persona, pero en términos de una nueva experiencia, fue una gran
aventura, vale la pena”, concluyó.
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