Un joven estadounidense llamado Mark Cody White, de 17 años, apareció tal y como vino al mundo, con sus partes pudendas expuestas a la curiosidad pública dentro de un vagón de tren utilizado para el transporte de fertilizantes.
Pero este Mark navegó con suerte. Alguien escuchó los gritos del joven y llamó a la Policía. Al lado del vagón encontraron la ropa del mozo. Así, fue rescatado por un bombero a través de una apertura en el techo del vagón, quien utilizó un traje especial (no espacial) puesto que el interior del vagón contenía restos de una sustancia sumamente peligrosa.
La mamá del muchachón dice que mientras caminaba hacia la casa de unos parientes, tres hombres lo atacaron, le robaron y luego lo arrojaron dentro del tanque. También dijo que como él sentía mucho calor tuvo que quitarse la ropa y lanzarla hacia afuera.
A pesar de la versión de la señora Barber, el capitán de la Policía de Collier, localidad de Estados Unidos, no está llevando ninguna investigación por robo, pues el joven no ha colaborado.
Aquí puede haber, además del joven, gato encerrado. O pitirre en el alambre. Vaya, no todo está muy claro.
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