Resulta que un vulgar bandido ingresó en la vivienda de un jubilado de Nilwawker, Estados Unidos, y agarrando al anciano por la espalda con un fuerte abrazo, le exigió dinero. El vejete, cuando oyó esto, se hizo el sueco y le dijo que de guaniquiqui, nada. Que estaba con una mano alante y la otra detrás.
Pero el malhechor, de 19 años, insistía... insistía: "¡Si no me da 100 dólares voy a matar a todos los que viven aquí!", dijo con tremendo desenfado. A estas alturas del brete, el anciano, que al parecer es un bicho y vive con la "chispa encendida", fingió un ataque cardíaco, con sofocación, rictus de dolor y cara morada. Actuando su agonía desesperada le pidió al ladrón que le alcanzara los lentes. Cuando el joven se los fue a alcanzar, aprovechó el jubilado para huir y solicitar ayuda. José Aguilar, que así se llama el pillo, fue atrapado a pocas cuadras del lugar y ya compareció ante la corte del condado de Nilwawker acusado de traspaso criminal, intento de robo con uso de fuerza y amenazas. En las largas vacaciones que le esperan podrá reflexionar y llegar a la conclusión de que todos los pícaros, al final, son siempre tontos.
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