A algunos el arrepentimiento les da muy fuerte. Es bueno arrepentirse cuando uno haya hecho algo malo, pero no debemos llevar las cosas al extremo, ¿verdad?
Un armenio de 20 años fue grabado por la cámara de seguridad de una tienda en Dessel, Bélgica, mientras robaba tres botellas de whisky. El hombrín, ante la evidencia de su fechoría, declaró que considera justo que le amputen las manos como castigo por su conducta impropia. Incluso, le exigió a su abogado que le propusiera al juez la ejecución de esta medida extrema. Claro, el letrado que lo defiende le explicó "que en Bélgica no hacemos esas cosas".
Tengo una duda: ¿El joven armenio habrá hecho tan terrible proposición después de tomarse las tres botellas de whisky? Nada, es una simple pregunta.
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